jueves, 1 de enero de 2015

Del año que cumplí 40. De mi china vida.

Último "selfie" del año
Llamé a la china para felicitarle el año nuevo. 

- ¿Qué quieres, pesao? - me contestó con esa desidia que la caracteriza.

- Joder, china, qué forma de cogerme el teléfono. Sólo te llamaba para felicitarte el año.

- Muy bien, pues ya me lo has felicitado. ¡¡Buenas noches!!

- ¡Oye! Pero no me cuelgues. - le medio grité

- ¿Pero qué más quieres? - continuó con un tonito irritable.

- Nada, da igual. Yo que tenía un emotivo discurso de fin de año.

- ¿Por qué no me lo cuentas por whatsapp? Es que te va a salir muy cara la conferencia.

- Tienes razón. Te cuelgo y ahora hablamos por whatsapp.

- ¡Venga!

Colgamos y empecé a escribirle.

- "Sabes, china, has sido una de las personas más importantes de mi vida en este año que acaba. Recorrer contigo mis cuarenta años de existencia fue una experiencia inolvidable. Sin duda, cuando sea mayor y le recuerde el año a mis nietos, tú serás la protagonista indiscutible de 2014. Fue emocionante levantarme cada mañana y escribir nuestras andaduras por China. Cada día me enfrentaba a una pantalla en blanco para contar mi vida. No me fue difícil abrir mi corazón, lo difícil era encontrar las palabras adecuadas. También me emocionaba al ver la cantidad de lectores que tenían nuestras historias, sus comentarios, sus risas, sus emociones. Todo.

Nunca conté la celebración del cumpleaños. Nunca agradecí públicamente a todos los que se acercaron al casal de la falla y aguantaron estoicamente el calor de aquel día escondidos para darme la mejor sorpresa del año. Fue una sensación tan increíble. No podía dejar de reír, no podía dejar de llorar. Mis amigos, mi gente, todos allí juntos. Uno nunca se puede imaginar lo querido que puede llegar a ser. ¡Joder! Ahora sigo emocionándome al recordarlo. Desde mi familia, a mis amigos de EGB, del instituto, los amigos de la falla, del trabajo, de la vida. Gente que forma parte inseparable de lo que soy hoy en día. Sin duda el año no ha sido uno de los mejores. Ya dije que era el último de las vacas flacas, que 2015 sería el primero de las vacas gordas, pero cuando hago un repaso mental del año no puedo dejar de pensar en ese momento, en ese día.

Me gusta cumplir años. Siempre me ha gustado. Cumplir años sólo puede significar una cosa. No significa que te haces mayor, ni que te acercas al final de algo, ni que el tiempo pasa. Cumplir años sólo significa que estás vivo. Muy vivo. En estos tiempos que corren estar vivo está infravalorado. Cuesta mucho estar vivo. Y, si te lo confieso, el resto de cosas son secundarias.

No es que sean menos importantes. Recordaré el año por Inma y por Pablo, por sus risas, por su compañía, por su complicidad y por todas aquellas personas que nos acompañaron en ese viaje. Recordaré el año por haber cerrado mi empresa, por haber cambiado de trabajo, por la oportunidad regalada para empezar de nuevo. Recordaré el año por mantener vivas mis amistades y saber de ellos casi a diario. Recordaré el año por conocer a trece preciosas criaturas con las que compartí quince días de locura. Recordaré el año por los que se fueron y por los que llegaron. Recordaré el año por el grupo de locos que planeamos en sectoriales, ejecutivas, asambleas, reuniones y, sobre todo, ilusiones un 2015 mejor para todos.

Recordaré el año por muchísimas cosas pero, sin duda, recordaré el año por aquel mágico día donde todos se juntaron para regalarme algo que no tiene precio, que no se puede comprar con dinero, que se tiene o no se tiene, que se da sin concesiones, sin peticiones, sin buscarlo, sin paliativos. Recordaré el año por todo el amor recibido concentrado, apretujado, emocionado, intenso y sudado en ese casal.

Y no, no me olvido del que lo hizo posible, pero eso me lo reservo para decírselo cada día.

Y por eso no me puedo olvidar de ti, china, porque fuiste una de las personas que hizo posible todo aquello. Y por eso quiero decirte que te quiero, y al decírtelo a ti, decírselo a todos ellos. Los que vinieron, los que quisieron venir y no pudieron, los que hubieran venido si lo hubieran sabido, incluso a los que no quisieron venir y pudieron, porque, desde hace años, en mi corazón no hay lugar para otra cosa.

Y esto es todo lo que tenía que decirte: darte las gracias por este año, por un año más. Por vivir y seguir vivo. Gracias a ti. Gracias a todos."

Luego estuve esperando un buen rato. Salió el primer check. Mucho rato después el doble check.

Catorce horas después, aún sigo esperando el puto doble check azul de la chinadeloscojones. ¡Qué hija de puta!